Allá por enero publiqué este post donde me comprometía (conmigo misma) a sacar adelante un proyecto personal de fotografía analógica.
Pues bien, he de reconocer que me he fallado 🙁
Aunque si lo pienso fríamente y a posterior (¡claro!)… ¿de verdad que esperaba poder sacar una foto diaria (que no fuera con el móvil) con la que se me venía encima? El parto y los siguientes días en el hospital, las primeras semanas con las dos recién nacidas, con “la mayor” que aun nos necesita un montón, sin ayuda en casa…
Difícilmente ¿no crees?
Si es que yo a veces me sorprendo a mi misma de lo optimista y poco realista que soy jeje… Me dejo llevar por la pasión, por la emoción, por las ganas… y luego, el día a día me come, me consume, y no encuentro ni el momento ni la inspiración para hacer una foto “en condiciones” y menos aun ¡todos los días!.
Dicho esto, la verdad es tras el parón inicial, sí que he retomado este proyecto y voy a seguir con él muy muy en serio. Eso sí, quitándome la presión del 366. No pretendo sacar una foto al día pero sí al menos disparar 2 carretes al mes (o más incluso).
Quiero ir probando diferentes películas y cámaras para ver cuál me gusta más y cuál representa más mi estilo, porque mi idea es (con un poco de tiempo) incorporar este tipo de fotografía a mis sesiones 🙂 (sí sí, sueños… ¡otra vez! jeje)
Bueno, como esta semana he recibido del laboratorio 4 carretes escaneados, creo que es buen momento para compartir las fotos de la que hasta ahora es mi combinación favorita: Pentax 645N con Kodak Portra 400VC.
Un poquito de culturilla, datos técnicos, por si te interesa saber más… 😉
La Pentax es una cámara de formato medio (aspecto: 6×4,5) que usa carretes de 120 ó 220. Los negativos son más grandes que los de una cámara de 35mm y tienen bastante más calidad. Lo malo: con un carrete de 120 (que es el más fácil de conseguir y que es el que suelo usar) se pueden disparar sólo 16 fotos.
La película que usé esta vez, la Kodak Portra 400VC, estaba caducada desde abril de 2010 (está discontinuada desde hace ya tiempo) pero la estaba guardando en la nevera así que “en teoría” debía estar bien (y lo estaba!). Tiene sensibilidad ISO 400 y es la que puse en el fotómetro para medir la luz.
Por último, pedí al laboratorio (los increíbles Carmencita Film Lab) que forzara un paso en el revelado para conseguir más contraste y saturación en los colores y ¡voilà! ¡me encanta el resultado!
Proximamente, te enseñaré el resultado del resto de carretes pero, por ahora, mira qué verdes tan increíbles tiene esta película
(*fotos sin nada de retoque posterior al escaneado)
En mi cuenta de Instagram iré subiendo muchas más fotos de este proyecto personal (con todos los detalles técnicos) ¡No te las pierdas! 😉